domingo, 3 de diciembre de 2017

Franz Kafka - El Cazador Gracchus


"6 de abril de 1917. En el pequeño puerto en el que, excepto barcas de pesca, sólo suelen amarrar los dos vapores de pasajeros que atienden el tráfico en el lago, había hoy una embarcación desconocida. Una vieja y pesada barca, relativamente baja y muy panzuda, llena de suciedad, como si por todas partes hubiesen derramado sobre ella agua sucia, la amarillenta pared exterior parecía estar todavía goteando, los mástiles incomprensiblemente altos, el palo mayor roto en su tercio superior, las velas arruga das, bastas, de color marrón amarillento, tendidas en todas direcciones entre las vergas, puros remiendos, incapaces de resistir un golpe de viento.
Largo tiempo estuve mirando aquello con asombro, aguardando a que compareciera alguien en la cubierta, nadie vino. Un trabajador se sentó a mi lado en el muro del muelle: «¿De quién es ese barco?», pregunté, «hoy es la primera vez que lo veo». «Viene cada dos o tres años», dijo el hombre, «y es del cazador Gracchus.»"



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